jueves, 9 de julio de 2009

“ A pesar de nuestras limitaciones”…..

Se cuenta de un militar que tras caminar por unas calles oscuras se encuentra con un señor anciano ciego que recorría la calle con una lámpara encendida. El almirante sorprendido al ver la acción le dice: disculpe señor, ¿Usted es ciego? el señor le respondió Así es.

El almirante luego de haber confirmado vuelve a preguntarle. Pero si usted es ciego y no puede ver el camino porque lleva usted una lámpara? el señor con una sonrisa en los labios le respondió. Hago esto para que la gente pueda verme y no tropiece conmigo.

Gran lección nos da el anciano, conciente de sus limitaciones y del camino que recorría tomaba medidas preventivas para no ser obstáculo para ninguna persona.

Esto nos invita a preguntarnos:

¿Cuales son nuestras limitaciones?

¿Que hacemos para trabajarlas?

¿Como protegemos a las demás personas para que no se vean afectadas por nuestras limitaciones?

Abecés en nuestro caminar y relacionar con nuestros prójimos no nos damos cuenta que esas actitudes y comportamientos sesgados por nuestras frustraciones y dolores los cuales nos discapacitan personalmente, se convierten en obstáculos discapacitantes para otras personas.

Mi oración es que Dios nos ayude a identificar y cambiar esas palabras, actitudes y pensamientos en nuestras vidas que pudieran dañarnos y dañar a otros.

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